Pension Bajamar

Hemos estado en dos ocasiones en la Pensión Bajamar de la localidad de Ladrido. La primera vez el 6 de septiembre del año 2000 y la comida que allí degustamos son de esas que se recuerdan toda la vida. Comimos unos percebes buenísimos y unas magnificas almejas, y aunque no recuerdo el resto de platos posiblemente también tomamos un buena ración de pimientos de Padrón. Transcurridos 18 años y un día, el 7 de septiembre de 2018, volvimos a Ladrido con la intención de volver a comer en la Pensión Bajamar, pero nos encontramos que el comedor estaba cerrado y nos tuvimos que desplazar a Ortigueira para comer.

Habitación pequeña pero agradable ,muy limpia. Con vistas a la ría. El aseo tan pequeño que solo entra muy justo una persona, falta luz y tenía humedades en el techo.El hostal cuenta con terraza en la que puedes utilizar las mesas y sillas para llevarte tu propia comida o cena y estar tranquilos.Servicio de desayuno un desastre, dos tostadas pequeñas con mantequilla y mermelada 3€. Se confundieron a la hora de servirnos y cobrarnos. Pusieron otras tostadas de más sin pedirlo, no sabían si habíamos pedido un café o descafeinado.En general, hostal caro para lo que es. 50€/noche.

Los dueños super amables, vistas preciosas a la ría, los desayunos espectaculares , una pena que ahora no tengan servicio de restaurante

Estuve hace algún tiempo, sin lugar a dudas es de los sitios en los que mejor he comido ¡y no solo en Galicia!Un trasto magnífico a los clientes con una educación extrema.¡Sin duda volveré!

Estuvimos 6 amigos el pasado 10 de agosto, extraordinaria comida, el pulpo y los bogavantes espectaculares asi como el postre especialidad de la casa. Volveré tan pronto como pueda.La pareja de hermanos que dirigen el negocio muy atentosMuy recomendable

Establecimiento muy acogedor por el trato familiar de los hermanos que lo regentan. Todo dulzura y amabilidad. Super tranquilo

Excelente ubucación, trato familiar, instalaciones limpias y cuidadasen un entorno impresionante y muy tranquilo. El desayuno muy bueno, casero y riquísimo. Las vistas hacia la ría impresionantes. Sin ninguna duda, un sitio para volver y recomendar.

Una pensión acorde a su nombre. Habitación pequeña con el baño justo. Pero limpia, luminosa y silenciosa. La doble es más amplia. Las vistas a la ría y el frescor que entra del mar impagables. Ricos los bizcochos para desayunar. Muy amables

Restaurante con excelente trato, muy familiar, gente agradable y cordial. Comida de primera. Y de postre, las tartas de queso y de limón son de las mejores del mundo (sin exagerar).