Piscinas

He tenido una muy mala experiencia con Roest Piscinas y creo que es muy importante que Google mantenga mi reseña porque puede ayudar a muchas personas que reciban un presupuesto de Roest y decidan buscar referencias (algo que la mayoría hacemos). A mi me habría ayudado muchísimo.Roest Piscinas parece ser operada exclusivamente por Andrés García Díaz, quien, según mi experiencia, no cuenta con empleados permanentes. Andrés busca atraer clientes en línea y utiliza plataformas habituales para solicitar presupuestos en el campo de las reformas.En mi caso, fui contactado por Andrés a través de Cronoshare, aunque es relevante mencionar que la página de Roest Piscinas ha sido eliminada de Cronoshare debido a las quejas de varios clientes según me dijeron. Mi solicitud inicial estaba relacionada con una reforma en el baño, y acordé encontrarme con Andrés en Obramat de Majadahonda. Andrés me presentó Roest Piscinas como una empresa versátil que realiza una amplia gama de reformas. También me mostró fotografías de proyectos anteriores que, según afirmaba, había completado. Además, proporcionó un presupuesto que, si bien era asequible, parecía razonable en función de mis necesidades.Desde el inicio del proyecto, Andrés solicitó pagos por adelantado en efectivo o mediante Bizum a nombre de su esposa, alegando tener cuentas bloqueadas. En realidad, la empresa tenía problemas financieros y deudas con Hacienda, lo cual se puede verificar en el BOE.Durante la ejecución de la obra, Andrés empleaba a diferentes albañiles, y en ocasiones, estos trabajadores no aparecían, lo que retrasaba el progreso del proyecto. Más tarde, descubrimos que Andrés no les pagaba, lo que explicaba la alta rotación de empleados. Además, algunos de los trabajadores no recibían instrucciones claras ni tenían acceso a los materiales adecuados para realizar su labor de manera eficiente. Por ejemplo, en una ocasión, un obrero llegó sin el pegamento necesario para instalar los azulejos.Andrés se ausentaba de la obra con regularidad y no participaba activamente en el proceso. En lugar de supervisar y coordinar el trabajo, aparecía al final del día para solicitar pagos adicionales bajo diversas excusas.La gestión de la obra era muy deficiente y tuvimos la impresión de que el dinero que le entregábamos no se destinaban a la obra. No trajo ni el plato de ducha (que tuvimos que comprar posteriormente cuando lo despedimos) a pesar de haber pagado más de 1000€ por adelantado.Después de una semana de observar irregularidades y ningún progreso en la obra, contactamos a los albañiles que Andrés había empleado, ya que habíamos obtenido sus números de teléfono con antelación. Fue entonces cuando descubrimos que Andrés no les había pagado, a alguno le había dicho que no tenía ni fondos para comprar el plato de ducha y era consciente de que a veces los trabajadores no tenían los materiales adecuados, pero les instaba a hacer parecer que avanzaban".Le solicitamos un reembolso y pusimos fin a la relación con él. Lamentablemente