Pinturas Rupestres La Calderita

Es una maravilla desde la ruta que fácil no es a las pinturas y las magníficas vistas

Un entorno muy bonito, y las vistas desde las pinturas y el puerto de las hoyas espectacular

Caminos del agua y la fertilidad. Vistas sin fin.

Ruta muy bonita, unas vistas impresionantes de la comarca, recomiendo su visita.

Una excursión muy agradable, es todo de subida, pero es practicable para niños de cinco años en adelante

Se lo recomiendo a tod@s amantes de la naturaleza el sendero asta llegar a las pinturas esta bien señalizado y muy bien arreglado.En la cresta de la sierra peñas blancas seve unas espléndidas vistas lo mismo hacia el sur, como al note, y oeste.

Las pinturas poco interes, el paseo y vistas muy interesante

Una excursión preciosa te llevará desde La Zarza hasta las pinturas rupestres en la umbría de La Calderita. Allí podrás contemplar primero unas estupendas pinturas neolíticas y, si terminas de ascender a la sierra, podrás contemplar maravillosas vistas en cualquier época del año. Si sigues esta ruta puedes volver por el Puerto de La Hoya, pasando por la solana.A la vuelta, si sigues la ruta marcada (Ruta Peñas Blancas), seguirás hasta la Sierra de Juan Bueno donde podrás contemplar las Minas de Tierra Blanca.

Pinturas rupestres esquemáticas del Neolítico con datación del 6.500 años a. C. El abrigo es un extratégico lugar desde el cual se divisa toda la cuenca media y baja del Guadiana al norte, al sur toda la Tierra de Barros junto al curso final del río Matachel. Estas pinturas de arte esquemático seguramente hayan sido las más estudiadas, desde su localización en 1916 por el abate Henri Breuil, de toda Extremadura.Lugar que paisajística y a nivel medioambiental tiene un valor extraordinario. Se puede acceder fácilmente en coche hasta el arroyo La Calera junto a una huerta de naranjos. Una vez allí, hay que seguir andando un sendero de unos 800 m. hasta llegar a las pinturas. El trayecto, el cual está señalizado como sendero PR BA-47 con señales blancas y amarillas, es escarpado y en continua subida, pasando de una altura de 260 m a una cota de 440 m.Después merece la pena subir a la parte superior del roquedo para contemplar las vistas. Son impresionantes. En días de otoño e invierno se pueden contemplar pasos de bandos de grullas que van a su dormidero habitual en el embalse de Alange.La visita con niños/as de 4-5 años es muy recomendable porque les fascinan las pinturas de arte rupestre y pueden ver una representación maravillosa del bosque mediterráneo junto a muchos animales: rapaces (águilas reales y culebreras), buitres leonados, aves rupícolas, invertebrados (escorpiones, escalopendras,...). Además el Club de Senderismo de la localidad año tras año colocan un portal de Belén junto a las pinturas rupestres, así como, un libro de visitas que recibe numerosas aportaciones escritas de las personas que pasan por allí.En definitiva, una ruta muy recomendable.