El Serrat de Tregurà

Sitio maravilloso, tranquilo, con unas vistas inmejorables. Las habitaciones e instalaciones perfectas y muy limpias. Los propietarios muy cercanos, buenos y simpaticos, recomiendo 100x100 el sitio.La comida muy buena y casera.Repetiremos seguro

Restaurante con una gran calidad y precio. La atención es exquisita, y la cantidad de comida abundante. Tienes que omer mucho para ser capaz de abarte todos los platos.

Venimos mucho a comer aquí, ya que hacemos montaña.La Rosa,el Pitus, todos los camareros, nos tratan superbien. Nos hacen sentir como en casa!! Aparte de comer muchísimo y de muy buena calidad. Estamos enamorados de este lugar. Solo podemos dar las gracias a todos.

He visto construir el Serrat. Cuando era pequeño (hace más de 40 años) ya veraneaba en Tregurà. Para mi no sólo es mi restaurante favorito, sino es como mi casa. Cuando vas a comer allí debes entender que se trata de una experiencia que va más allá de la pura gastronomía. Si vas con prisas, mejor no vayas. Es transportarse a un paraíso inimaginable, evadirte de la rutina y disfrutar relajadamente de un día rural muy especial. No estás en un restaurante tradicional, sino que estás en casa de Rosa, y ella va a dar lo mejor de sí para prepararte sus espectaculares platos. Cuando voy con mi familia, Rosa me pregunta Nacho, què farem? Y siempre le contesto: lo que tú quieras. Y siempre se supera. Es como en la película Ratatouille cuando Linguini le pregunta al crítico gastronómico Ego que qué va a tomar, éste le contesta: sorpréndeme!!. Pues aquí es lo mismo: lo mejor es dejarse llevar por Rosa, que a parte de ser una mujer espectacular, simpática, amable y cariñosa (aunque no olvida que de pequeño le rompí el cristal del coche) cocina de lujo, y sobretodo, ha sabido transmitir ese don a su hija Eva para poder seguir haciendo felices a tantas personas durante muchos años. Consejo: si vais, no cenéis la noche anterior. Haced hueco, que vale la pena.

El mejor restaurante de la zona, producto casero y con un trato de cercanía inmejorable, Rosa una auténtica anfitriona, los camareros también, el que tenga prisa que no vaya a un restaurante que en el que caben tantos comensales ( lo digo por el comentario anterior, y de paso ya te digo que no me creo que te ofrecieran con el menu cosas que no tenian, en 23 años jamas me ha pasado) tampoco tardan tanto, yo hace 23 años que voy 2 o 3 veces al año y no me canso nunca, subimos desde barcelona expresamente a comer y volvemos a bajar. Que nadie se meta con mi Rosa!!! Encantadora toda ella!!

Vistas bonitas y poco más. Después de un rato de curvas y algún tramo donde solo podía circular un coche a la vez llegamos con un poco de antelación. No había nadie que nos pudiera servir una bebida mientras esperábamos la hora de la comida. A las 13.30 aparece el camarero, se ve que estaban comiendo, y nos sienta en la mesa, después de media hora de retraso. En el menú que tenia un precio de 30 euros la mitad de los segundos no estaban disponibles. Nos trajeron vino y agua sin pedirlo pero además no nos preguntaron si queríamos beber otra cosa. La comida tampoco era para tirar cohetes, estaba buena pero ya está. La anfitriona una mujer muy peculiar que tiene pinta de ser la dueña sino no se qué haría ahí... Iba lanzando gritos paseándose entre las mesas. Cuando nos fuimos el camarero un señor muy seco durante toda la velada no nos dijo no gracias.

Hotel pequeño envuelto por las montañas.Las habitaciones están recién renovadas y se duerme de maravilla. Tienes terraza para poder disfrutar de las vistas.Una pasada!

Es muy fácil poner reseñas positivas o negativas, totalmente ajenos a la realidad.. lugar, trato y producto, dónde le hace pleno honor la imagen, y no las 1000 palabras

Se come muy bien y la atención ha sido muy buena! Las vistas espectaculares!