Posada La Cuadrona

El dueño del bar es increíble, sabe tratarte como si estuvieras en tu casa, te recomienda platos, te da sugerencias, te explica con detalle todo. Toda la comida es casera, la hace su mujer, y madre mía vaya manos tiene! Todo estaba espectacular. Recomendamos las patatas con salsa de queso, y los postres! No dejéis de probarlos. UN DIEZ.

Se come muy bien. Comida casera. El paisano es más grande que El corte inglés. Cocina la mujer. Y te lo comes todo porque si no te lo comes te dice que su mujer se pone muy triste si vuelven platos con comida, y entonces claro, te lo comes. El mejor de la zona.

Fuimos a cenar en familia, 2 adultos y 2 niños. Disfrutamos del trato cercano del dueño y de todo el personal, muy atentos, divertidos y no tuvimos problemas para cenar. El pueblo es pequeño, muy limitado de espacio para toda la gente que llegamos y todos a la vez para comer o cenar, hay que ser comprensivos y pacientes. Todo genial, de verdad. Muchas gracias por todo, esperamos regresar.

En pocas palabras se puede decir el trato de los propietarios del establecimiento que nos dieron, gracias de corazón.Dar las gracias por habernos acojido como algo más que clientes,por haber nos ofrecido toda la ayuda por la avería de nuestro vehículo, decir a los futuros clientes que no dudéis en ir a la posada la Cuadrona, os aran sentir como en casa, la cocinera un 11,por sus postres tan esquisito,sus mega desayunos y comida tan buenisima, todo casero, al dueño de 11,te aconsejara en todo, el mejor que nadie os dirá dónde ir que hacer, trato inmejorable, lugar súper tranquilo y cerca de muchos lugares, nuevamente deciros muchas gracias de corazón, volveremos

Debajo del hotel tienen un bar acogedor con una gran terraza. Llegamos muy tarde a comer y nos atendieron a pesar de que estaban hasta arriba de gente y con poco personal. Comida casera, sencilla, rápida y muy rica. La atención excelente también. Imagino que el hotel será familiar y con la misma atención personal como el bar. Muy recomendable para comer o cenar. Gracias por la atención que nos prestásteis.

Las habitaciones están muy limpias y tanto los colchones como las almohadas son muy comodos.La ubicación es inmejorable.Los desayunos son muy buenos, zumo, café, tostada y croasant.La comida no hay nada por la zona que la iguale en calidad y precio, tanto las albóndigas, como la chuleta o filetes de ternera, los quesos y la calidad del embutido es de primera.Los postres son espectaculares, la tarta de limón y el gonofre son de concurso.

He intentado cenar 2 veces en el restaurante y las dos veces nos han puesto la misma excusa, que tiene que ir a buscar a si cuñada al tren y la cocina cierra en media hora ( a las 9 de la noche). En el restaurante de enfrente te atienden fenomenal y sin ningún problema.

No es la primera vez que venimos, y espero que no sea la última. Como siempre todo perfecto. Desde que llegas te hacen sentir que estás en un sitio auténtico. Las habitaciones con un encanto especial, los desayunos de Angela, que te hacen querer madrugar, los consejos de la zona y las anécdotas del dueño, Chucho, imprescindibles…. Y la comida con productos de verdad… lo único malo, que llega el día que tienes que irte… volveremos sin duda!!!

Fuimos a comer allí después de un Ruta por la hermida. Como puntos fuertes la calidad de su materia prima, raciones abundantes y excelente calidad precio. Tomamos el pastel de cabracho, anchoas una ensalada de tomate y atún y embutido, además de una tarta de queso casera deliciosa. Como punto negativo que no servían comida “caliente” nos quedamos con ganas de probar su cachopo.