ALFAR MUSEO

Está en una antigua casa alfarera.Conserva el único horno para cocer barro a leña de toda España.El alfarero es muy amable, te enseña y te cuenta sobre los utensilios y materiales que se usaban en la alfarería tradicional.A la entrada hay una muestra de la alfarería típica de la zona, tienen piezas hechas que ya están casi en desuso como los cántaros y hay unos pequeños paneles explicativos de las piezas que allí se encuentran.Durante la visita el alfarero hace una pequeña vasija de barro delante tuyo y te explica los pasos que va dando.Merece la pena acercarse y sobretodo es una visita muy didáctico para los niños.

Un museo sencillo e interesante. El maestro alfarero nos explicó con detalle su funcionamiento de una manera pulcra y amena. Un museo que nos recuerda la forma de vida de no hace muchos años.

Bonita muestra de lo que fue, y es, seña de identidad de un pueblo. Hay un joven alfarero al cargo que lo enseña con mucha profesionalidad y simpatía, dispuesto a dar cualquier explicación sobre el tema.Visita muy interesante, aunque poco promocionada.

La visita ha sido muy agradable y sorprendente en cuanto a contenido, no sólo es una colección de cacharros, sino una buena explicación y demostración de una firma de vida ya en extinción.

Visita estupenda guiada por Jaime el alfarero, que se conserve un oficio artesano con sus orígenes y tradición es una verdadera maravilla. Ojalá no se pierda nunca!!!

En jimenez de Jamuz no todo es El Capricho. Conocido previo por sus tierras rojas.... Y sus más de 100 alfareros de antaño.El museo es pequeño, pero esencial. Tiene un guía fantástico y muy didáctico. Lo niños encantados, organizan actividades, campamentos, etc...Muy buena explicación y lugar con un encanto especial.

Una visita imprescindible. Jaime nos ha hecho viajar en el tiempo, mostrándonos el arte de elaborar cacharros a partir del barro. Un oficio tradicional que se ha mantenido vivo hasta nuestros días y que, gracias a personas como Jaime, podemos disfrutar de una manera muy didáctica y tradicional.Visitar un museo y que la persona que te lo enseña lo viva de verdad, es todo un lujo.

Es un museo sin grandes pretensiones pero que, de la mano de Jaime, cuyas palabras llenas de amor a su tierra y de una vocación infinita, muestra lo más relevante en la elaboración de piezas de alfarería y sobre todo, el pasado de un pueblo que en sus tierras arcillosas volcó su potencial alfarero durante décadas.Jaime nos explicó con todo detalle desde los moldes que utilizó Gaudí en algunas de sus construcciones hasta el funcionamiento del horno tradicional cuya caldera se alimenta de sarmientos y elaboró en directo para nosotros una vasija de barro con el torno mecánico. Una maravilla en vivo y en directo que creo que todos los niños deberían poder disfrutar.Desde mi punto de vista, ningún visitante debería perderse este museo, sobre todo si quiere comprender un poco mejor los orígenes y el modo de vida de este pueblo que en otros tiempos se erigió como verdadero emprendedor"