Hotel Balneario Río Pambre

Muy agradable para pasar unos días de relax. Buen servicio , personal muy atento. Cuidan los detalles. Comida excelente. Sí hay algo que he echado de menos es más servicios en spa. Por ejemplo camas calientes o jacuzzi.

Lugar maravilloso. Trato exquisito del personal, Marisa la recepcionista del día de la llegada, encantadora. Un lugar de ensueño, aunque se aprecia que es un establecimiento antiguo, está muy bien conservado, la limpieza estupenda, aunque los baños necesitarían una pequeña reforma, no importa, porque en conjunto,ves una estancia cómoda y acogedora.Recomendado cien por cien.

Para ser un balneario deja mucho que desear, en la piscina habia algunos chorros que no funcionaban y los que funcionaban lo hacian cuando querían. No llevábamos gorro y solamente por tener el logo nos cobraron 3 euros por cada uno.Los masajes una maravilla y las chicas que nos atendieron geniales.Por otra parte, el desayuno abierto hasta las 11 y con la mayoria de los productos sin reponer porque no había.Lo que si había era bolleria empaquetada (magdalenas, palmeras...)Las habitaciones para mi gusto un poco pequeñas y el servicio de limpieza ya estaba funcionando a las 9 de la mañana, arrastrando y moviendo muebles y hablando entre ellas a voces.Nuestros vecinos de habitación llegaban tarde y haciendo mucho ruido también.Íbamos con la cosa de descansar, pero no fue el mejor sitio para ello.

El personal perfecto. Las instalaciones no se correspondían con las fotos de internet. Viejas, paredes sucias, polvo en los techos de madera y lo más incómodo e importante, pasamos frío en la habitación. Calefacción muy baja que enciende a las 20.00 h en pleno diciembre en el corazón de Galicia y con radiadores que funcionaban 1/4 de su superficie, casi los purgo yo!!! Comida bien, relación calidad precio correcta. El balneario es un spa.

Me ha decepcionado bastante el balneario por no decir el servicio de restauración , pésimo. Pongo una valoración de tres por el resto en recepción y en el balneario , a pesar de que algunas filas no funcionaban. Cuando reservas porque estás haciendo el Camino en un sitio que está a 8km del pueblo y ves la carta del restaurante , no te puedes imaginar que cuando vas a cenar te dicen que no puede ser a la carta y los productos que te ofrecen ( el menú ) es caro y no es bueno , sobre todo cuando has probado el producto que te ofrecen a lo largo del camino y es excelente. No volveré a este sitio

Relación calidad/precio bien. Hotel sencillo, personal agradable. Es verdad que está algo alejado y en medio de nada, pero de ahí su encanto y sus vistas, enmedio de la naturaleza, precioso. Los dos primeros días que hizo un poco más de frío, no funcionaba la calefacción y hacia algo de frío en la habitación. Las habitaciones sencillas, el baño si que es verdad que necesitaría una reforma. En cuanto al balneario, es pequeño y uno de los días pasamos frío, porque tienen poca calefacción y había ventanas abiertas, muchos chorros no funcionan, pero bueno para relajarse un rato está bien y es barato y no suele haber mucha gente. En el desayuno poca variedad, y el restaurante calidad precio, podría ser mejor.

Pequeño y acogedor balneario apartado de todo, perfecto para desconectar y pasear por la naturaleza. El spa es pequeño pero agradable aunque el accionamiento de los chorros y jacuzzi es muy lento desde que se apaga hasta que se puede volver a poner en funcionamento. La comida del restaurante es excelente, bastante limitada pero con un precio más que aceptable. La calidad de la comida es sensacional porque sólo usan productos locales

Me decepcionó un poco este alojamiento. Lo elegimos para descasar y relajarnos lo máximo posible después de una dura etapa del Camino de Santiago. La ubicación alejada del alojamiento es perfecta para descansar y desconectar, y la oferta de balneario que ofrecía nos terminó de convencer, pero una vez allí, el balneario no era lo que esperábamos. Tiene sauna, piscina (muy muy pequeña) de agua fría, y una gran piscina con varios chorros, que algunos no funcionaban, y no era de agua caliente como se le presupone a un balneario. Así que, aunque conseguimos relajar los músculos, salimos un poco desencantados. En cuanto a la habitación, esperábamos algo más de un hotel 3 estrellas. No teníamos nevera, no nos dejaron gel y champú, el baño era muy pequeño y la cama incómoda. Preguntamos para cenar, ya que al estar alejado de todo no teníamos otra posibilidad, y lo único que nos ofrecieron era un menú cerrado, a 18,00€ por persona, y de poca calidad. A destacar, el hotel es precioso y el personal muy amable.

Entorno natural muy bonito e ideal para relajarse. En cuanto a las instalaciones dejan bastante que desear, nosotros nos quedamos en una de las pallozas, cada una se divide en tres habitaciones, por fuera son espectaculares pero cuando entras te llevas una pequeña sorpresa, en general está todo bastante descuidado, la almohada es una espuma deshecha, el baño tenía pintura desconchada en el techo, el soporte del rollo de papel higiénico parecía el de una casa abandonada de una película de terror... En general se descansa bien dado que no hay ruidos pero como digo, la conservación general de los interiores es muy pobre incluyendo el spa. Por otro lado, el desayuno está bien pero creo que falta algo de variedad para ser un hotel de tres estrellas. En definitiva es correcto y la atención del personal es buena pero en relación calidad precio me parece algo caro para lo que ofrecen.