Hotel Restaurante El Molí de l'Hereu

Hemos comido en el restaurante. El lugar es precioso y se puede visitar el museo del Aceite y el Jardín Botánico. El plato que más nos gustó fue el pulpo en cama de boniato!

Estuvimos para visitar el antiguo molino de aceite, no nos alojamos pero como fuimos pronto desayunamos en el molino. El desayuno estaba estupendo, muy variado y todo muy bueno. Nos atendió Luis, responsable del molino, nos explico con todo detalle todo el proceso de elaboración del aceite como se hacia en el siglo XVI y como se hacia a finales de los 1970, estuvo encantador.El molino es espectacular, y si buscas una escapada tranquila dentro del circuito de Matarraña, sin duda Ráfales es una estupenda opción, para visitar y alojarse en el molino. Recomiendo la visita a la antigua cárcel.

Al llegar nos dicen que la piscina rs de agua fría y de los masajes del spa ni rastro.Eso si, el lugar precioso y trato agradable.

Estancia agradable, muy tranquilo (si no te toca al lado del cuarto de lavadoras), personal atento y amable.Si que es cierto que no hay opción más económica para comer/cenar, pero la comida estaba muy ricaEl entorno es ideal y la visita al pueblo muy recomendada

Estuvimos cenando hace un par de noches, al principio hubo una confusion con la reserva, pero nos atendieron finalmente, este tramite me hubiera gustado que hubiera sido de otra forma motivo por el que no le pongo mejor puntuacion, pero la comida asi como el servicio fue muy bueno, quitando el carpacho de gambas que estaba muy frio. La situacion del restaurante esta en el hotel Moli d'hereu en Rafaels, se llama actualmente este restaurante el Olivo. La zona del molino que hay en el interior podria estar iluminada para hacer mas bonito el restaurante que ya lo es de por si. Pero te dejan visitarlo .

Un gusto habernos alojado en este hotel, el servicio muy bueno y familiar, agradecer a la propietaria el trato tan amable y cercano y su atención en todo momento para hacernos la estancia muy agradable. Lugar super recomendado para desconectar.

Fuimos en modo familia con 2 chavales el puente de mato 23. El entorno perfecto, el edificio y molino cuidado al máximo y ademas hay perro que te da la bienvenida.Luis no atendió y nos dispuso nuestra habitaciones. Llegamos a lo importante. El equipo son 3, Luis, Corine y a los fogones Conchi.Lo de Conchi y su arte culinario es de destacar. El móvil se apaga y se procede a degustar detalles de gran cocinera. Ha dejado huella en nuestro paladar esta Conchi.Un acierto total visitar este establecimiento.

Hoy he vuelto con mi pareja, después de muchos años...un servicio excelente y una magnífica cocina, seguro que volveré denuevo.

Local dotado de instalaciones que por desgracia no están en funcionamiento y le restan atractivo. El personal es atento y procura que el cliente esté a gusto durante su estancia.