Hotel Rural El Palacete del Obispo

Muy buena opción para descansar y tener buena ubicación para visitar diversas zonas: Merindades, Rioja Alta, Arlanza y Burgos ciudad.El hotel es cómodo y tranquilo, bien cuidado y atendido, desayuno y cenas merecen la pena. Muy recomendable.

Pasamos una noche en este hotel de vuelta de las vacaciones. Reservamos la suite porque íbamos con nuestros hijos y así poder estar más cómodos. La habitación no está mal pero Ia vi muy básica. Eché en falta una pequeña nevera. El colchón de muelles no muy cómodo. Las almohadas poco mullidas. El sofá cama con un colchón muy fino, no muy confortable. De amenities en el baño, solo botecitos de gel. No champú. Un gorro de ducha un un jaboncito pequeño. La alcachofa de la ducha no se podía regular en altura. Por la noche cenamos en el patio, muy agradable, con lámparas de velas. La carta a priori apetitosa y a precio razonable pero las raciones algo escasas y sin una presentación trabajada, muy simple. La oreja y la morcilla estaban muy ricas. Precio algo elevado para lo ofrecido. El desayuno: un buffet justito. Eso sí, nos prepararon al momento unos huevos revueltos. Pero echamos en falta bacon y algún fiambre de más calidad. El pan bueno. Poca fruta. El bizcocho algo seco.En definitiva, el edificio es bonito y la decoración de las zonas comunes es elegante pero en conjunto me parece caro para lo que se ofrece (170€ una noche, desayuno incluido)

Nos alojamos una noche, está en un pueblo pequeño con unos 95 habitantes, cenamos en el restaurante del hotel la cena muy rica con productos locales, dimos un paseo por el pueblo que es muy bonito la gente muy amable.

Se podría decir que está ubicada en un pueblo fantasma, por qué no hay nada de vida, ni un bar abierto para cenar. Primeramente llegamos a la casa rural y estaban las luces apagadas, cuando timbramos la dueña nos recibió con la tele encendida como si estuviese en su casa. La calidad precio de las cosas que sirven para cenar no está nada compensada, productos de poca calidad para el precio que se exige por plato . Desayuno muy pobre para ser un bufet, el primer día estábamos solos y nos sacaron menos cosas que el segundo día de desayuno cuando un bufet se supone que debe ser la misma cantidad de comida siempre.El jacuzzi nos lo pusieron totalmente helado no podías meter un pie, la calefacción de la sala en la que se encontraba apagada.....todo un desastre de verdad fuimos muy respetuosos en no decir nada...pero es la realidad.Parece que estás invadiendo su casa más que otra cosa.

Excelente la atención de Julio y Ana. Muy serviciales los dos. La cena muy variada y rica. Pueblo bien tranquilo que es ideal para relajarse y desconectarse. Lo único para mejorar, es que haya shampoo en las habitaciones. Había solo gel de ducha solamente.Un pequeño detalle que puede mejorar mucho.Muy recomendable!

El edificio y las habitaciones estaban bien, la única duda que nos quedó es si han cambiado los dueños, ya que con nosotros fueron más bien antipáticos , aunque nos fijamos en su actitud con los demás clientes y no vimos ninguna simpatía por su parte . Las críticas que vimos en las reseñas decían lo contrario.

Hotel rural en un entorno tranquilo. Edificio bien cuidado y decorado con gusto. Habitaciones limpias. La cena riquísima y el desayuno más que suficiente.El trato de los dueños impecable. Volveremos.

Un sitio perfecto con unos anfitriones súper amables. Las habitaciones están bien, el desayuno perfecto y el bar dentro del alojamiento muy cómodo para cenar en un entorno muy agradable y una comida casera. El pueblo es muy tranquilo y los alrededores muy bonitos. Enhorabuena por la gestión.

Gente y sitio super agradables. En el hotel, especialmente atentos y resolutivos.

Excelente edificio restaurado.Muy buena cocina casera, incluso el plato más sencillo lo hace exquisito, la mano de Ana.Y de tarde-noche un relajado Gin Tónica servido por Jaime.Excelente pareja de anfitriones.