Pastelería Delys

NEFASTA la experiencia, compré 2 tartas casi 80€ una decepción, por fuera muy bonitas pero por dentro secas, exceso de cobertura, horroroso, muy mala calidad y además CARÍSIMO.

Completamente disgustado con encontrarme con ese gusano en mi pastel y una vergüenza hacia las empleadas ya que fueron muy bordes faltando el respeto diciendo que no pasa nada y sin querer devolverme el dinero violando el derecho de desistimiento

Dentro de la estación de ferrocarril de cercanías, encontramos está pequeña, pero bien surtida pastelería cafetería.Después del viaje procedente de Madrid, nos apetecía realizar un segundo desayuno, y este local nos vino perfecto.Pedimos dos cafés y compartimos una milhoja de crema y nata exquisita, que me supo a poco, sentados junto a una de las mesas que albergar el pequeño local.

Es un pena tener que poner reseñas negativas cuando el producto realmente es bueno pero los dependientes no dan la talla, como ayer por la nocheLa chica del turno de tarde con muy mala forma y gritando nos dijo que no la pisaramos el suelo!!!! Que estaba fregado... Cuando el establecimiento se encontraba abierto y quería comprar unos pasteles.Se puso a gritar a mi hijo de dos años el cual procedía a sentarse en una mesa.El procedimiento adecuado no sería una reseña sino una hoja de reclamaciones la cual no solicite por prisa.También comentar que el establecimiento no olía a limpio, olía a agua sucia de haber fregado con ese mismo agua varias diodias.Pido al dueño del establecimiento que le de una vuelta a lo sucedido y que no vuelva a ocurrir.Gracias

Buen sitio para desayuno. Servicio excelente y precio razonable. Los productos que ofrecen son de elaboración propia y de mucha calidad. Merece la pena pasarse por ahí para tomar un café con bollería.

Buen trato, buenos precios y los pasteles muy ricos

Todo buenísimo!! Y las bizcotelas espectaculares... La dependienta es muy amable, nos dio toda clase de explicaciones de cada cosa que comprábamos.

La calidad de sus tartas meParece increíble ❤️

Azúcar, puro azúcar.He comprado esta tarde dos milhojas, supuestamente de merengue, y una de nata y crema, en la cafetería de la estación. La de nata y crema estaba comestible; pero las otras , de merengue sólo tienen el nombre; realmente, están rellenas de una masa blanca dulce a más no poder, de hecho es como si estuvieras masticando azúcar. Nos lo hemos comido, pero sólo por no tirar el dinero, no porque merezca la pena engordar con ello, ni por supuesto, pagar. En otras ocasiones que las hemos comido estaban buenas, pero no volveré a comprarlas.