Hotel Vijanera · Hotel en Galizano · Hoteles en Galizano

Estuve con mis pareja hace unas semanas y la ubicación buena, está cerca de la playa y las habitaciones están limpias. Sin embargo, la atención por parte de encargado, un tal “Ramiro” fatal, pedimos que si nos podían poner más alta la calefacción y nos respondió con un “ya está puesta, si no estáis a gusto podéis iros” como comprenderéis esto es algo inadmisible, además esta persona que no se si será el jefe, se la ve como unos aires de superioridad tremendos, no se, casi parecía que teníamos que darle las gracias por estar en su hotelucho con teles del año de la pera que raro me parece que no estén en un anticuario vendiéndose a precio de oro como reliquia.En fin el trato y las formas pesimas, ya no solo por ese incidente si no por cómo nos miraba a partir de ahí y todo, se hacía incómodo pasar por recepción incluso. No lo recomiendo y no volveré. Tengo entendido que por la zona hay sitios mejores, más económicos y más cerca de la playa.

Del hotel no puedo hablar, sólo estuve de picoteo en la terraza. La carta es original y bien elaborada, con precios razonables. El servicio, todos muy simpáticos pero sólo una chica sabía lo que hacía. Falta absoluta de coordinación, parece evidente que no había nadie al timón y que a algunos les faltaba la formación básica para servir en sala: caos en las comandas, mesas sin recoger y sin limpiar, servicio aleatorio de la comida, la bebida o los cubiertos. Quizás fue algo temporal, porque tenía buenas referencias del restaurante.

Estuvimos hace poco, y la verdad que el servicio un gusto, muy atentos y la comida sin más para un menú, aunque cara para mi gusto. Lo que no me gusto es que estaba todo un poco bastante sucio, copas ahumadas, platos grasosos, había un perro encima de un sofá pegado al comedor, no tengo nada en contra de los animales, de hecho me encantan pero me parece muy poco higiénico tener un perro en un restaurante que se pasea por todos lados y se tumba en los sofás donde luego se sienta la gente.En resumen, servicio bien, comida normalilla y cara e higiene pésima. No volveré

UNA AGRADABLE SORPRESA19 noches en este agradable hotel. La playa maravillosa de Galizano está a 12 minutos andando y dos minutos en coche.Habitación grande, con balcón, muy cómoda y equipada con todo lo necesario: colchones excelentes, cambio diario de sábanas y toallas, amplios armarios, buena ducha, múltiples enchufes para cargar dispositivos. Parking gratuito, pequeño pero muy práctico. Desayuno básico incluido, a disfrutar en un amplio y refrescante porche.Como sugerencia, deben colgar los televisores para facilitar y realzar su uso.Muchas gracias a Eduardo y a todo el personal por su gran amabilidad y eficacia. Sin duda, repetiremos

El restaurante tiene una carta muy bien trabajada de tapas, y un menú del día variado y muy bueno. El servicio es muy amable y muy bien atendido, y la ubicación es extraordinaria tanto dentro como fuera. Dentro de la carta aconsejo pedir consejo a los camareros sobre los platos, y recomiendo especialmente la coliflor que nos recomendaron por lo buena y por lo original del plato. Gracias.

He pasado las vacaciones en éste hotel y hay varios aspectos con los que hay que tener cuidado:El servicio de limpieza es escaso. En mi caso, se han dedicado a hacer las camas, vaciar basuras y reponer toallas. Sin embargo, no han pasado la escoba ni un sólo día. Siendo un hotel cerca de la playa deberían tener más limpieza.La cafetería-restaurante es un punto de los que más queja" tengo. Primero: teníamos el desayuno incluido

No recomiendo ir a este hotel.Las instalaciones viejas y sucias y el trato del personal pésimo.Tampoco merece la pena reservar habitación con desayuno. El desayuno tienes que pedirlo en la barra y servirte tú mismo. Entra café, tostada de mantequilla o tomate, zumo de bote y bollería industrial.Al no informar ni en recepción ni en la cafetería correctamente de lo que entraba con el desayuno, pedimos una de las tostadas con jamón y dos croissants, en el momento la camarera no nos dijo nada, una vez habíamos desayunado y nos íbamos, nos cobró 3,50 por la tostada con jamón y también quería cobrarnos los croissants (el día anterior no nos los habían cobrado). Le sucedió lo mismo a una señora con el zumo de naranja, un día no se lo cobraron, al día siguiente sí.El restaurante a las 9.30 de la mañana continuaba sucio del servicio de cenas del día anterior. Los muebles de la entrada con un dedo de polvo. Las habitaciones sin ventilación, con olor a la madera vieja de los muebles. El colchón de muy mala calidad.La ubicación del hotel es buena, pero tras nuestra experiencia y ver a otros usuarios también quejarse, no merece la pena la estancia.

Del hotel no puedo hablar, pero sí de la cafetería. Desconozco quién regenta este establecimiento, pero debería reconsiderar seriamente el trabajo que está haciendo. Es inadmisible que en agosto un sitio con el potencial que tiene (una gran terraza, un gran salón acristalado, en una de las mejores zonas de un pueblo precioso de Cantabria) cuente con una organización y servicio tan pésimo, en ocasiones, inexistente. Vas a desayunar con las perspectivas de acudir a un sitio agradable y te encuentras con que a las 10 de la mañana todas las papeleras que están por la terraza siguen llenas con la suciedad de la noche anterior, incluso hay bolsas, papeles y servilletas por el suelo. La mayor parte de las mesas tanto de dentro como de la terraza acumulan tazas vacías y restos de suciedad de clientes anteriores. Para pedir, tienes que entrar dentro donde solamente hay dos personas en la barra para atender y recoger.Cuidando estos detalles podría ser un sitio increíble para desayunar. Una lástima.

Estuvimos comiendo en fin de semana.La atención de 10.El camarero nos explicó el menú de fin de semana con mucho detalle cada plato, dos primeros y dos segundos.Nos pareció tan buena la explicación y los platos que pedimos uno de cada para probarlos todos. La verdad es que todo un acierto, estaba todo muy bueno.El sitio muy bonito, un comedor con una gran cristalera por la que entraba mucha luz.Gracias por todo y repetiremos.

No vale la pena coger el desayuno incluido. Solo entra café o zumo de bote y tostada con tomate o mermelada.En cambio, el menú del día entre semana tiene buen precio y está muy bien. La presentación impecable!El servicio de desayuno es muy muy lento. Eduardo, el recepcionista, muy agradable.La limpieza no es destacable. Las sábanas no se cambian cuando hacen la habitación y las toallas no las cambian todos los días.