La Posada Del Reloj

No cenamos bien. Estábamos solos y tardaron mucho. Las croquetas frias, no costaba mucho ponerlas un minuto al microondas. Sacaron la hamburguesa y a los 20 minutos las bravas. Un desastre

Un buen sitio si te gusta que te estafen. La cuenta la hacen a ojo, según vean a la víctima.

Hay por ahí abajo una reseña de una señora que se llama Lourdes que se dedica a atacar a todo aquel que no complace a su familia. Doy fe de que en este establecimiento no son como esta señora les retrata. No será el Rich pero desde luego no se merecen un ataque semejante. Quizás la mala educada sea ella...

La reseña solo es para el bar/restaurante, no nos quedamos a dormir allí y menos mal, porque si es de la misma calidad que su comida mal vamos.Lo primero, nada más entrar, parece que les molestas si entras, te miran con mala cara, cuando éramos un grupo grande e íbamos a consumir bien.Pasamos a la comida, patatas bravas súper congeladas, ración de sepia con 4 trocitos, más lechuga que sepia, queso frito no estaba mal y chuletas de cordero que estaban buenas. Y ahora toca hablar de la oreja, nauseabunda, un horror, con un color negro carbón, gelatinosa... algún trozo tuvo que ir directo a la servilleta.Ya para terminar y pedir la cuenta, nos vienen con una comanda hecha a mano sin precios y nos dice que sumada con el móvil, te tienes que fiar.Mira que están en un lugar precioso y muy bien situado pero con esta clase de comida te joroban el encanto, una pena.

Una camarera rubia me retiro el plato sin permiso, no había terminado.

Un buen lugar donde hospedarte, comer y tomarte un aperitivo. Al lado de la plaza, un lugar privilegiado.

Está muy bien ubicado. Tiene una terraza para desayunar que es lo que hicimos y muy bien. Y muy agradable.Tan igual un poco cara para lo que desayunamos y tardaron en servir.

En el hostal no he estado pero el bar es una absoluta estafa. Platos de comida congelada por 10€ incomibles. Después a la hora de pedir la cuenta no nos sacan ticket, viene el camarero se pone a hacer cuentas y te dice el precio.

Las imágenes hablan por sí solas. Los productos no eran frescos, pero tampoco estaban bien cocinados, el precio no era barato y la atención, lo justo.