Hotel Ciudad del Renacimieno

Ubicación buena si solo pasas para descansar, pero si vas a ver Baeza está alejado del centro, 30 min andado, se necesita coche si o si para moverte hasta el centro.La habitación estaba muy bien, limpia con todo lo que necesitábamos y una pequeña terraza.El personal es simpático y la mujer de recepción un encanto.

La ubicación es magnífica, ya que está justo a la salida de Baeza, de manera que uno duerme entre olivos pero puede ir caminando al centro (un paseo de 30 minutos).El personal es muy agradable y servicial, y responde ante las incidencias (no nos funcionaba la tele y se nos rompió el cable de la ducha, ambas cosas nos las solucionaron rápidamente y con una sonrisa).Las habitaciones agradables, con vistas al campo, un jardín y una familia de conejos, y el desayuno estupendo: tostadas, bizcocho, fruta, queso y, para quien le guste, bollería industrial variada.Lo recomendamos sin duda, y cuando volvamos a Baeza repetiremos.

Trato muy amable. No le ponemos un cinco por la localización (queda muy lejos del centro de Baeza). El desayuno es abundante, la habitación muy bien.

Muy tranquilo y la habitación nos resultó muy cómoda y amplia.

Falta de seriedad y profesionalidad. Teníamos una reserva por un evento familiar en el restaurante para doce personas. Después de esperar un rato porque el restaurante estaba cerrado, cuando pedimos información nos dicen que oh

Su ubicación es espléndida, con unas buenas vistas aunque lo destroza la poca limpieza que tienen en los perros que se encuentran en el hotel, todo lleno de cacas sin limpiar.La habitación era muy amplia, lo cual estaba muy bien, pero con una iluminación nefasta, falta potencia y luces. Y la televisión es tan pequeña que apenas se ve desde la cama. Tampoco cuentan con minibar, lo que no ayuda ya que tampoco tienen el restaurante abierto (solo dan desayunos).El baño estaba bien y todo muy limpio.Cuenta con parking algo que ayuda mucho.

Paraje tranquilo y fácil de aparcar. Con amplia terraza. Buena limpieza. A mejorar: habitaciones poco insonorizadas y puertas difíciles de cerrar (había que dar portazo). Desayuno estándar y poco variado.

Servicio atento, habitación muy escueta, con falta de minibar, caja fuerte, toallas demasiado gastadas y ásperas, desayuno escaso y con poca variedad, en cuanto al edificio bonito, entre olivares.

Tranquilidad, aparcamiento en la puerta gratuito y buena accesibilidad. Las vistas son preciosas.