Hotel Balfagón Calanda Parcialmente Reformado

El restaurante del hotel cumple su función para comer. La comida es correcta, aunque las chuletas de cordero estaban recalentadas, no hechas en el momento.Necesitaría una reforma integral. Entrar ahí es como regresar a los años 70. Todo bastante cutre, y los baños de abajo, no muy limpios. No vi las habitaciones, pero si eran como la zona principal, serán de traca.

Fuimos seis personas a pensión completa y nos trataron de maravilla. El personal es muy amable y atento. Se come muy bien de menú por 12,5€/persona. Menú variado y casero. Avisé de que era vegetariana e hicieron comida para mí, muy rica por cierto. Como íbamos por trabajo, no nos importó mucho, pues el objetivo era descansar bien para trabajar a la mañana siguiente, pero es cierto que aunque la habitación estaba bien equipada es algo antigua y no es muy bonita, pero es útil, estaba calentita cuando llegamos por la noche. Además fuera del hotel hay muchos sitios para aparcar. Lo recomiendo completamente. Resumen: barato, sencillo, útil, comida casera y personal amable.

Nos hemos alojado dos noches. El hotel está muy anticuado, el olor al entrar al hall lo deja claro. Estuvimos en una habitación familiar pagando el precio correspondiente y parece que todo vale, una pena. Las habitaciones son anticuadas así como el mobiliario que no estaba en condiciones para seguir dando servicio, lo mismo con los baños, puerta del balcón. El personal del hotel poco amable sobre todo la persona que atiende el desayuno.El desayuno estaba incluido en el precio y aunque es básico es suficiente.Teniendo en cuenta que parece que estaban reformando algunas zonas aprovecho para indicarles que deberían tener en cuenta la accesibilidad al mismo, no hay rampas de acceso al hotel y las puertas de acceso muy estrechas inviable para una persona con movilidad o reducida. Me da pena encontrarme con establecimientos así que cuidan tan poco los detalles dando a entender que todo vale. No hicimos uso del restaurante.

Desayuno con muy pocas cosas para elegir. Tipo bufet con escasas posivilidades. Sin opciones veganas, solo pan con tomate, zumo de naranja y café.

Muy buen trato personal, ricos menús y cómodo alojamiento para un grupo

Un hotel que algunas habitaciones están reformadas. Poco a poco.Lástima que el bar restaurante esté cerrado.

Si pusiera todo lo que observé, me faltaría sitio.Para resumir, que sea viejo y no haya visto una reforma en su historia, no debería reñir con la falta de limpieza e higiene. Creo que nos esto lo digo todo, bueno, y dejar claro, que de barato nada, 49 euros por noche por una habitación simple.Insonorización de las habitaciones, de pena.No volveré, ni lo recomiendo.

Hotel sencillo con alguna habitación reformada y muy bonita. La atención de recepción es excepcional. El desayuno muy justito y sugiero que pongan algún otro tipo de pan.

A destacar, que no puedo puntuar mejor, porque buena parte del hotel no estaba reformado y aunque a un precio muy razonable, la habitación que me asignaron era muy antigua y demasiado básica...con una peligrosa bañera muy resbaladiza, pues, hasta me pegué un buen trompazo estando inmobil mientras me duchaba. No puedo poner mejor nota al personal, porque sencillamente, sólo vi a una compañera para todo...eso sí...de lo más eficiente, agradable, eficaz y simpática. El desayuno me pareció muy correcto, pues había un buen surtido de embutido, queso, yogurt, pastas, zumo, agua, leche, café... Por el precio pagado, genial!! Lo único es que al no ver a ningún empleado en el comedor, me pregunto qué les sucedió a los compañeros que bajaron a desayunar tarde y ya no les quedará género de su gusto. A destacar su esmero y voluntad, pues hasta nos permitieron aparcar todas las motocicletas en un recinto cerrado y protegido. Encuentro que todo viajero que provenga de lejos y precise alojamiento para realizar la Silent Route, se encuentra ubicado en un punto estratégico perfecto. Lo recomiendo.