Hostal-Restaurante La Posada del Druida

Ofrece servicios de cafetería y comedor para todo el público pero para el peregrino que quiere prepararse algo para poder cocinar de lo que tú te puedas llevar, no hay cocina ni zona de uso común.El personal del albergue nos atendió amablemente. Gracias Marta por tu sonrisa.

Albergue de pequeña capacidad situado a pie de Camino en la imprescindible población de Foncebadón. Estuvimos alojados en una habitación para 4 personas con baño propio. El albergue dispone de patio y jardín. Buena acogida y buen ambiente peregrino. Un aspecto que resta es que no hay cocina ni comedor comunitarios. Sí hay restaurante en el albergue a precios y calidad correctos. Fuera del horario de cocina, se puede hacer uso del espacio de comedor. El desayuno se sirve a partir de una hora en que ya te has puesto en marcha. Por suerte, en Foncebadón hay una buena variedad de opciones para resolver el tema de las comidas como mejor te convenga.

Acogedor hotel en Foncebadón, muy limpio, cómodo, con una buena cocina a unos precios muy razonables.He parado una noche allí de camino para Ponferrada por el Camino Francés y he de decir que me he sentido muy bien tratado en un agradable y confortable lugar.Muchas gracias amigos.

Somos dos peregrinos que hemos venido a pasar la noche en una habitación,la cual huele a ambientador exageradamente y tenemos que tener todo abierto para ventilar. A parte de eso llevamos llamando 3 días seguidos por teléfono y nadie nos atendió.

El 17 de marzo les envié un correo preguntándoles si tenían disponibilidad de una habitación doble para mi mujer y para mi para el día 7 de octubre que es cuando teníamos previsto pasar por allí. Me contestan rápidamente al día siguiente que para ese día en concreto tienen disponibilidad y que el precio es de 54€. En ese mismo correo les contesto que me parece perfecto y que me hagan la reserva. Les mando mis datos, nombre, número de teléfono, dni y les digo que si necesitan algún dato más me lo digan para mandárselo. El día 6 de octubre les envío un correo para confirmarles mi hora de llegada al día siguiente. No me contestan. Ya el día 7, empezamos la etapa a Foncebadón, y con la mosca en la oreja, les llamo al teléfono fijo hasta 3 veces y no hay respuesta. Consigo el teléfono móvil de ellos y les llamo, y no consigo que me lo cojan. Pensé, han cerrado!!! El día 7 llegamos al albergue y me dicen que no tengo ninguna reserva hecha, encima sale un chaval echo un energúmeno y me dice que si no me mandan el correo de confirmación no está echa la reserva. Pero rli me mandaron correo de confirmación, ni de negación, ni me cogieron las llamadas que les hice. Las chicas, mas amables y viendo el error tan grande que se había cometido nos buscaron una habitación para mi mujer y para mi en el Convento de Foncebadón, por cierto, albergue de 10, limpio, su gente amabilisima y la comida también de 10, abundante, casera y económica.

Las habitaciones de 4 literas, en un patio trasero, y el lavabo común a las otras habitaciones, solo dispone de un único lavabo y ducha para compartir entre todos los huespedes, los cuales han de atravesar el patio para por ir al WC o a ducharse.El jefe, nos trato de muy malas maneras y de forma muy hostil, dicendo que no podiamos consumir nada que no hubieramos comprado en su hotel, cuando nos encontrabamos consumiendo una bebida, comprada en el supermercado del pueblo, en el muro que delimita su terraza, intentamos dar explicaciones y de forma poco adecuada nos amenazo con echarnos del albergue y devolvernos el dinero.

Las habitaciones están bien para ser destinadas a peregrinos ya que no se pide más que cama, sabana desechable y manta. Estuvimos en una habitación de ocho personas con cuatro literas.Para ir al lavabo o a la ducha tienes que hacerlo a través del patio trasero, situación bastante incómoda sobretodo bien entrada la tarde/noche. Solo hay una ducha y baño compartido para 20 y está muy poco iluminado si necesitas hacer algo tan básico como afeitarte.Lo peor de nuestra estancia fue el trato recibido por el dueño del establecimiento quién, de forma muy agresiva y grotesca, echó a uno de nosotros por estar apoyado en el murete que separa la terraza del hostal porque consumía una bebida comprada en el supermercado del pueblo. Su discurso era que lo que había comprado en otro lugar lo consumiera en otro lugar.Las rencillas , peleas y disputas que puedan tener en la localidad por hacerse con el dinero de los peregrinos no debe afectar a dichos peregrinos. Nos quedó un mal sabor de boca sobretodo porque nuestro viaje de peregrinación está llena de alegría , simpatía y buen rollo y estos comportamientos rompen está harmonía.No recomiendo para nada este lugar.Hay otros lugares donde te atenderán sin dudarlo con una sonrisa.

Se trata de un establecimiento que sobretodo da alojamiento a Peregrinos que realizan el camino De Santiago donde nos hospedamos. La habitación es correcta con los servicios, un Wc y una ducha que están en el exterior teniendo que salir al patio.La mala experiencia fue la malas formas del jefe, con un amigo que compró unas patatas chips y una bebida en el colmado de enfrente. Al cual le dijo que no podía consumir productos adquiridos de otro establecimiento en la terraza que tenía detrás, saliendo nuestro amigo fuera a la vía pública, donde estábamos los 4 componentes restantes del grupo, apoyados en el muro del hostal eligiendo que cenar de la carta. Lugar donde vino recriminando de nuevo de malas maneras a nuestro amigo, que ahí en el muro tampoco se podía consumir lo que había comprado. El hostal tendrá unas normas, pero estas se pueden decir de buenas maneras. Finalmente no cenamos en el hostal solo durmiendo, quedándonos con mala impresión e incómodos.

No entraré en detalles, solo decir que tienen un lavabo y baño para todo el albergue, aunque lo peor es el trato recibido por el propietario del establecimiento tras un mal entendido. Arrogante, chulesco y prepotente. Una pena por ser lugar de acogida al peregrino

Mi opinión es tanto del albergue como del restaurante. Nos hemos alojado aquí en el albergue y todo muy cómodo y limpio, no hay cocina para los peregrinos pero hay restaurante en el mismo albergue. Hemos comido bien y casero. La cena ha sido una tostada de jamón buenísima!