Can Busquets - Hotel d'Interior

Alojamiento tranquilo, limpio, con vistas al mar. La atención exquisita. Hacen desayunos y cenas.

Fuimos a cenar, y acabamos pernoctando allí;La cena estuvo riquísima, algunos de los platos los adaptaron para vegetarianos.La habitación era acogedora y bonita, e incluía una pequeña cocina, perfecta para las personas que van a pasar varios días, y que quieren preparar alguna comida. La cama era cómoda, y el baño amplio. Todo estába limpio.Y con vistas al mar.El único inconveniente que tuvimos fue con el aire acondicionado, que aunque funcionó, soltaba agua.El hotel esta acondicionado en una antigua casa de mil ochocientos y pico, y actualmente lo gestiona una pareja de jóvenes. Es un hotel pequeño y familiar, con estilo rústico.Por último el desayuno nos encantó, estaba formado por cuatro platos, todos presentados cuidando cada detalle, y teniendo en cuenta nuestras preferencias.Gracias al equipo del hotel !!!

DECEPCIONANTEReservé una habitación para pasar el fin de semana y hacer una sorpresa a mi pareja. Ya al reservar por la página web, no me dejó elegir el tipo de habitación doble económica, por lo cuál dejé un comentario preguntando si sería posible tener vista al mar. En todo caso, pensé que sino tendría vista a la montaña.Cuando llegamos ahí, nos dieron las llaves y entramos en la habitación y para mi sorpresa la habitación tenía 2 ventanas que daban a un patio interior, por lo que no se veía ni el mar ni la montaña. Nada de encanto ni nada de privacidad.Continuamos explorando la habitación y para empezar, en el baño no nos dejaron toalla para las manos, tuvimos que poner una de las que nos dejaron para nosotros. Solo nos dejaron un vaso para los dos. Por lo demás el baño estaba bien.Hasta aquí, a pesar de la decepción, decidimos enfocarnos en disfrutar y no darle más vueltas. No obstante, fue a peor. Nos fuimos a acostar y para nuestra sorpresa, ¡la cama casi se cae!. Las dos patas delanteras de la cama estaban totalmente despegadas del somier, por lo que se movía MUCHO. No había nadie a quien pedirle un cambio de habitación, ni más habitaciones al tratarse de un hotel tan pequeño. No pegamos ojo en todo la noche, la cama era muy inestable, tenía puesto un edredón muy caliente, y estamos en Mallorca a fianles de verano, hace mucho calor todavía. Por eso pusimos el aire acondicionado, pero aún así, no considera adecuado poner un edredón en esta época del año, con una sábana ligera es más que suficiente, y no había, solo el edredón y ya.Por la mañana la chica de la recepción me preguntó que qué tal la noche y le comenté que cambien urgentemente la cama porque ahí no se puede dormir. Más lejos de disculparse, se río y me dijo que ya se lo habían dicho, que habían comprado una cama nueva y como no pasaba por la puerta no la cambiaban. Me parece un servicio realmente malo por el precio que pagué para una noche. La atención del personal deja mucho que desear y ante estas situaciones considero que reirse es una falta de respeto muy grande.Para culminar, el desayuno, aunque rico, es escaso para personas que comen fuerte por la mañana. Para picotear está bien, pero para llenarse es totalmente insuficiente. Tampoco tiene vistas al mar, ni desde fuera desayunando ni desde dentro. Lo único que ves es los coches pasar por la carretera y tras de ellos el mar, pero vistas como tal, no tiene.En general, estoy muy disgustada con nuestra experienicia, lo que tenía que ser un fin de semana de desconexión y descanso terminó con una mala experiencia.

En este caso no repetiremos experiencia. Por algunas condiciones de las instalaciones como el baño y el escaso servicio de mascotas. Además que cuando hemos establecido un diálogo con el recepcionista para comentar estos detalles (sin previa intención de hacer ninguna reseña, tan solo comentarlo), no nos hemos sentido escuchados sino que más bien se cuestionaban e invalidan nuestras disconformidades. Acabando la conversación en una casi súplica para que lograra reflexionar que lo que comentábamos no era ninguna disparidad ...

Bonito hotel con vistas al mar. Cama cómoda y estilo agradable. Sin embargo la habitación estaba fría al llegar (fuimos en enero). Las personas que atienden las mesas y cocinan no llevan mascarilla. El desayuno muy pobre: sin fruta ni zumo y escaso

Creo que este hotel rural cumple todas las condiciones para ofrecer una estancia agradable, en un ambiente tranquilo y precioso. El edificio es realmente acogedor, siendo una antigua casa adaptada a las necesidades del hotel. El desayuno está bastante bueno y completo. Nuestra habitación tenía vistas al mar lo que hace que tenga unas vistas preciosas al paisaje circundante.

Nuestra experiencia en este hotel empeoró mucho por la habitación:- Cuando entramos en ella a las 19 h nos la encontramos invadida de hormigas (suelo, paredes, bañera…) hasta tal punto que al dejar unos minutos mi toalla de la playa apoyada en un radiador ya se estaba llenando de ellas.- Al solicitar alguna solución a la chica que ese día estaba en el hotel, pulverizó varias veces un insecticida por algunas zonas de la habitación… su respuesta es que no sabía que decirnos, que su casa estaba llena y que estábamos en mitad del campo y era normal. Tuvimos que comprar otro insecticida nosotros que misteriosamente desapareció de la habitación la noche antes de irnos.- La habitación no tenía armario, solamente una cómoda con cajones viejos y 2 perchas.- La puerta del baño era muy pequeña, mi pareja y yo nos golpeamos la cabeza varías veces. El inodoro cada vez que tirábamos de la cadena perdía agua por bel suelo.Una lástima ya que las vistas eran preciosas, los desayunos abundantes y riquísimos y a excepción del problema que tuvimos, los trabajadores muy agradables. El último día nos marchábamos muy temprano y nos dejaron preparado un almuerzo estupendo para el viaje.

Hotel en muy buena ubicación y tiene unas vistas al mar preciosas, perfecto para venir a relajarse.

Muchas gracias por la gran hospitalidad, el delicioso desayuno casero y los numerosos consejos locales sobre lugares de la zona. ¡Lo pasamos muy bien en Can Busquetes y nos encantaría volver! Gracias Aida, Antonio y Macarena

Una experiencia excepcional, buen trato, atención, calma, vistas y un restaurante para cenar mágico con desayuno de diez cada mañana. Gracias a todos/as por estos días y hacer esta experiencia única.