Hotel Lamoga Llavorsí

Hotel familiar muy bien ubicado para visitar la zona y realizar actividadesEs un hotel modesto pero bien cuidado, limpio y con los servicios necesariosTodo el personal es encantador y nos aconsejaron perfectamente sobre cómo disfrutar de la zona.Estuvimos en una habitación familiar (4 pax) tamaño correcto y baño completo. El único pero" sería que al estar la habitación en el último piso

Fuimos sólo a comer. Al principio no nos gustó que el precio del menú (19) en la entrada no concordara con lo que nos dijeron dentro (22), pero bien valió la pena. Todos los platos eran caseros y exquisitos, se notaba la calidad del producto y el cariño al preparar la comida. El servicio, en especial la jefa de sala, fue muy agradable, sonriente y atento. Sin duda, es un lugar para repetir. Muy recomendable.

Fuimos 2 personas a comer. Servicio amable pero muy muy muy lento. Te puede hacer la digestión entre plato y plato. Comida casera y rica, eso si 23 euros el menú sin incluir la bebida. Sinceramente no creo que repita

Un hotel familiar que cuida los detalles y a sus clientes. Su ubicación con vista al río hacen un deleite disfrutar del entorno. La oferta de menú gastronomíca del día muy rica. El personal son un encanto que te hacen sentir como en casa. MUY RECOMENDABLE.

Un lugar encantador, llegamos de casualidad a comer y nuestra sorpresa fue que aceptan animales (hay un comedor donde puedes comer junto a tu mascota sin pasar frío) y eso realmente se agradece, el trato fue tan amable, cordial y cercano que preguntamos si habían una habitación disponible para quedarnos a dormir, y así fue. Dormimos cómodamente, la habitación tenía un balcón que daba a una plaza con unas vistas navideñas. El alojamiento incluye el desayuno y todo estaba fresco y echo del día. La comida un 10 todo estaba en su punto, tiene un menú y estaba excelente. Por eso fuimos a comer 2 días seguidos. Hay sitios cerca donde poder aparcar gratuitamente y cerca del Río. Realmente si tienes una mascota y quieres poder estar cómodamente unos días, lo recomiendo.

Super agradable sorpresa en este hotel, gran gestión por parte de está familia emprendedora, amabilidad en todo momento. Solo puedo decir que mi más enhorabuena, desayuno genial, y carta de menús variada y unos bocatas ricos ricosSeguir así familia, a destacar la limpieza de sus habitaciones y todo el hotel y lo mejor es que admiten mascotas, sin duda recomendable cien por cien y repetiremos seguro cuant vayamos por la zona, Fede .

Un hotel con tanto encanto como este, en un pueblecito con tanto encanto como Llavorsí se merecía que lo regentasen unas personas tan encantadoras como Anna y David. Lo más parecido a ir a la casa de unos amigos, el concepto amabilidad y trato cercano alcanza otro nivel en este maravilloso lugar. En serio, es difícil encontrar algo parecido en ningún sitio.Las habitaciones supercorrectas para ser un dos estrellas (mejor que la mayoría de tres estrellas en los que he estado) y el restaurante un descubrimiento: en pocos sitios se puede comer cocina tradicional catalana tan casera y con tanto mimo como aquí. El guiso de caza buenísimo, el estofado top, canelones de setas sabrosos, las carnes en general pues a la altura de la zona en la que estamos, los postres muy satisfactorios. Incluso la carta de vinos está muy bien escogida y rima" perfectamente con lo que vas a comer.Si encima el lugar está ubicado en un punto estratégico para gozar de los mil secretos de los Pirineos pues poco mas que decir. Bueno si

Fuimos a comer, no nos alojamos.Tardan en atendernos y cuando por fin lo hacen muy seca la chica. Nos sienta en una mesa del comedor (15:00 aprox). Tenían cosas del desayuno por ahí con las mesas del buffet aún sucias de azúcar y cosas.Nos dan la carta, no recuerdo el precio pero no fue barato. Calidad... bueno, mejorable, cantidad decente pero no te vas a llenar. Servicio malo, tardaban en aparecer los platos y cuando pedíamos algo tardaban en sacarlo.El baño bastante difícil llegar, igual había que subir y bajar 30 escalones.No volvería, caro para lo que ofrece y pocas ganas de trabajar.

Hotel muy bien situado, junto al río, en un pueblo muy tranquilo. Buenas instalaciones, buen desayuno. Dispone de restaurante con buena comida. Lo mejor, sin duda, el trato de los nuevos dueños del hotel, son personas maravillosas. Eli, las Annas... un trato excelente, muy atento y cercano. Nunca te va a faltar de nada con ellas. Mención especial para Ana, que además me ayudó en su momento a poder cambiar la reserva a otra fecha sin coste,y se ha preocupado en todo momento por nosotros. Si vuelvo a la zona, no dudaré en volver.