Cuevas Pedro Antonio de Alarcón

Han pasado ya una semana desde mi NO-VISITA al restaurante de CUEVAS PEDRO ANTONIO DE ALARCÓN.Horrible, horroroso... Aunque bueno, para ser honestos, no voy a hablar de la comida, ya que no nos dieron la oportunidad de probarla. Visité el lugar junto con mi madre, mi hijo y mi señora esposa y al llegar al restaurante, TOTALMENTE VACÍO, ninguna de las camareras tuvo bien en atendernos, a pesar de que cogimos la hoja del menú, escrita a mano, que no es otra cosa que una fotocopia de los platos.Fue hasta desagradable la sensación de estar ahí, más de 10 minutos con mi madre y mi hijo de 4 años preguntándome cuándo íbamos a comer. Lo único bueno que tiene este lugar, es que gracias a la poca profesionalidad, la mala educación y la desidia mostrada por las empleadas, acabamos comiendo de manera escandalosa en el MESÓN GRANADUL!!!!! A solo 5 minutos de este lugar tan, tan, tan desagradable.Que mal deja el nombre de Don Pedro Antonio de Alarcón un establecimiento como este.

Muy mal servicio. Nos vamos con un sabor agridulce porque hemos disfrutado mucho la estancia en un lugar estupendo, pero el servicio deja mucho que desear de la misma manera que el mantenimiento. Tuvimos que llamar al 112 para que nos sacaran de la habitación ya que la cerradura estaba atascada y la llave no abría la cerradura, tuvieron que venir los bomberos porque la recepción no atendía nuestras llamadas.El restaurante comida muy cara y un servicio muy muy lento, en el pueblo nos recomendaron no comer ahí y tenían razón.

No les doy 0 estrellas porque no se puede. No se puede hacer peor. Llego a la una del mediodía en Agosto (41 grados) con mi familia (8 personas en total de las cuales 2 niñas de 7 y 8 años y un niño de 5) a preguntar si podemos comer sin reserva (restaurante vacío) y me dicen que sí. La chica nos sirve las bebidas.A medida que avanza la tarde empiezan a entrar otras personas y les empiezan a servir bebidas (y tapas). A eso de las 2 de la tarde pedimos una segunda ronda de bebidas y no nos toman nota para comer. Los niños muertos de hambre y a las 3 después de ir a la barra me toman nota a regañadientes.A todo esto sigue llegando gente a la que se le sirven sus bebidas con sus tapas y sus platos de menú, el cual se nos avisa que vale 5 euros más por persona de lo que pone en la carta, no sé si porque nos ven cara de guiris (a los cuales estarán acostumbrados a estafar) o porque al no sonarles nuestras caras, ven la posibilidad de estafarnos después de ningunearnos (repito, 3 niñ@s pequeñ@s).A eso de las 4, decidimos pagar e irnos, y aquí sí que les entran las prisas. Empieza a salir gente hasta de la cocina a recriminarnos que nos vayamos y empieza un hombre alto y corpulento a intentar intimidarme con golpes en la barra y lecciones de ética.No se cómo serán en el alojamiento, pero en el restaurante son violentos. Google no debería borrar la infinidad de reseñas negativas que tenían. SITIO TOTALMENTE A EVITAR.

El restaurante es precioso, la atención inmejorable pero esque la comida es una auténtica delicia.Todo casero y delicioso, muchísimas gracias por la recomendación, el trato y todo el trabajo que hay detrás.Volveremos

El alojamiento está situado en la periferia de Guadix, de muy fácil acceso desde la autovía, compuesto por varias casas tipo cueva.El check in en nuestro caso lo hicimos en el Restaurante, porque a nuestra llegada no había nadie en la recepción y tuvimos que estar preguntando.Fuimos varias familias, de las tres casas que alquilamos, solo la nuestra tenía chimenea, aunque la temperatura era buena, todas las habitaciones y salón tenían radiadores de aceite. Compramos leña en el restaurante, un pequeño saco 10 eur (llevarla de otro sitio sería la mejor opción).La cocina estaba equipada con lo necesario (no hay cafetera, ni otros enseres más específicos).Las habitaciones estaban limpias y habían mantas y toallas en todos los armarios).En la zona de barbacoa hay espacio de sobra para que los niños jueguen, pero recomiendo que lleves tu propia parrilla, porque lo poco que hay está en mal estado y descuidado.En definitiva es un buen sitio para pasar un par de días y desconectar.Lo único que NO recomiendo es el restaurante.

Una estrella es mucho. Hago una reserva a través del propio alojamiento dando una señal y una semana después por enfermedad no podemos ir y llamo para la cancelación. Llamo y digo que es para una cancelación y me dicen que la persona encargada no se encuentra que llame más tarde, lo intento más tarde y me dicen que está de curso y que va y viene que le deja nota y me llamaría y pasado 2 días nadie me llama vuelvo a llamar y no me cogen el teléfono después varios intentos llamo desde otro número y consigo que me lo cogan y me vuelven a decir lo mismo que no se encuentra. Lo intento al día siguiente y se supone que consigo hablar con la persona encargada de las reservas que es la misma persona que el día de antes y me dicen que no suelen devolver el dinero que lo dejan hay durante un año y después sino lo devuelven y le digo que si puede ser ahora y me dice que lo va a intentar que si a lo largo del día no me llaman está todo correcto y ni me llaman ni me llega nada de devolución y a los días intento contactar con ellos y nada no hay forma de que cogan el teléfono de ninguna manera lo consigo a través de otro número y al descolgar la misma persona de siempre me vuelve a decir que la persona no se encuentra que llamase a partir de las 10.30 que es cuando entraban y el horario es a partir de las 9 de la mañana. Son unos sinvergüenzas, no tienen palabra, te engañan y se ríen de tí. Un servicio pésimo.

Había estado hace tres años en este alojamiento y la verdad no tuve ninguna queja, pero está vez no ha sido igual. Las casas cueva están bien aunque se ven un poco descuidadas y la limpieza deja un poco que desear. Las toallas estaban sucias casi todas.El restaurante me ha parecido lamentable el servicio, la comida mal y lenta.En especial resaltar la inexistencia de educación y malos modales del cocinero echándonos del lugar de muy malas formas. Es inaceptable que sin estar hablando con el personalmente se le escuché por detrás diciendo: que si que te largues

Mantenimiento descuidado, pero lo peor son las chicas que atienden, desde el bar, y se encargan del checkin. Me explico: No funcionaba el mando de la Tv, y los canales perdían la señal, me dirijo al bar a pedir que me cambiaran las pilas del mando y me dijeron que no tenían, les comento que como era entre semana y había muchas cuevas vacías, que si podían cambiarlo por alguno de otra cueva... Y me responden que no, y se quedan tan tranquilas... Otra pega es que después de echar insecticida deberían volver al rato por la habitación a recoger los insectos muertos, porque no es agradable encontrarse 3 cucarachas muertas y la bañera llena de cientos de moscas muertas. Porque había pagado al llegar, si no me hubiera marchado, no por los insectos (en el campo ya se sabe) pero sí por la poca empatía y mal servicio ofrecido por unas personas que no deberían trabajar en esos puestos.Una pena porque había ido hace unos años, pero por lo visto ha cambiado la propiedad, y han elegido a unas personas incapaces de desarrollar el trabajo encomendado.

Lugar increíble si vas huyendo del calor, y si eres de buen comer, este es tu lugar, con un servicio increíble y una atención inmejorable, especialmente de ESTEFANIA la camarera que nos atendio, amable, simpática y siempre con una sonrisa en la cara.

Hemos estado el puente del Pilar.La entrega de llaves rápida, la persona que nos atendió, muy amable.La casa muy limpia y cumple perfectamente con la relación calidad precio.Una experiencia distinta y recomendable.