Castillo de Sigüenza.

Erigido en el s. XII sobre otro anterior musulmán del s. VIII.Es un palacio-fortaleza. Actualmente Parador.Ha sido reformado en los s. XIV, XV, XVI y XVIII. Sufrió destrozos a comienzos del s. XIX por la invasión francesa, durante las guerras carlistas, y en el s. XX, durante la guerra civil española del 36 al 39. Se puede entrar y ver los patios ademas de disfrutar del restaurante.

Espectacular castillo dominando lo alto del pueblo de Sigüenza. Hoy es un parador por lo que sin pagar podemos ver el exterior, las vistas, y acceder al patio interior.

Salvo clientes, solo se puede acceder a ciertas partes del parador.

Castillo impresionante para ver desde el exterior, ya que por dentro únicamente puede visitarte el patio si no te alojas en el parador.Recomiendo dar un rodeo al mismo por la vía que lo recorre.

Muy bonito y muy bien cuidada la parte pública aunque es una pena qué no se pueda visitar todo por ser Parador. La parte pública es gratis. También puedes pasar a la cafetería a tomar algo o al restaurante a comer. Recomiendo.

Actualmente es el parador nacional y era más grande de lo que pensaba. Se puede rodear por fuera y estar bajo ella en su contorno. Destaco lo bien conservado que está y sus torres y arcos hacen de esta fortaleza de un lugar obligado de visita

Imponente, monumental castillo edificado en el XII sobre una fortaleza musulmana anterior. Fue reformado y ampliado en múltiples ocasiones a lo largo de su historia. La más notoria reforma fue, probablemente, la última, cuando se convirtió en Parador Nacional en los años 70 del pasado siglo. Para ello se respetó su tamaño anterior, se consolidaron muchos de sus espacios y fachadas, se reutilizaron todos los materiales originales disponibles para las nuevas estancias y se conservó o se recuperó el aspecto medieval del conjunto. Tanto la cafetería, como el restaurante o el patio de armas son visitables sin ser huésped. Imprescindible visita en Sigüenza.

Muy bien conservado, la historia te arropa desde que entras, puedes visitar su parte publica, una gozada