Iglesia cristiana

Escogimos esta Iglesia para el funeral de un familiar la semana pasada.El sacerdote con el que hablamos para prepararlo, ya se monstro reticente a varias sugerencias. Pero ya en el funeral, las cosas fueron muy desagradables, empezó por reñirnos porque considero que entrar 2 minutos antes no estaba bien. Durante la celebración nos dejo muy claro que no era un homenaje...... y tuvo todo el rato una actitud de enfado y amenaza que no entendimos. Al final quisimos decir unas palabras y pretendió terminar cuanto antes para que no lo hiciéramos. Cuando por fín leímos el escrito que habíamos preparado, contando cosas buenas de la vida de la difunta, no se cortó y nos dijo desde el altar, que eso no servía para nada, que solo teníamos que orar......Y la puntilla fue, cuando no nos dejó tocar la música que habíamos concertado con un violinista, tuvimos que esperar a que bajara del altar para poder tocarla......En resumen, no entiendo cuando tu estás pagando por un servicio, que no te dejen hacer las cosas a tu gusto, en absoluto irreverentes y siendo totalmente respetuosos hacia la Iglesia.

Funeral de la madre de unos amigos.Es la iglesia del barrio en donde nací.Hace 70 años.Es una Iglesia grandiosa, majestuosa.

Hace unos días, la familia me eligió para leer en el funeral de mi tía abuela, fallecida dos días antes. Desde la pandemia, llevamos 5 “celebraciones” como esta en diferentes iglesias de Vitoria-Gasteiz, y hasta ahora, todas han sido de recuerdo y agradecimiento a los familiares que se han ido.Empezamos mal, ya que el padre Dámaso nos regaño por entrar a las 18:58, cuando el funeral empezaba a las 19:00 (por supuesto, ya habíamos hablado con él a la mañana).A pesar de ello, como en todas las anteriores veces, el cura empezó hablando sobre la biblia, lo que es lógico, dado que elegimos una iglesia para el funeral, pero sin hacer mucha alusión a Tere, la homenajeada ese día.Una de las tantas veces que había que levantarse, nosotros no lo sabíamos y, de muy malos modos, preguntó: “igual nos levantamos, ¿no?”. Él, desde el inicio sabía que no somos la familia más creyente ni devota del mundo, por lo que podría haber hecho un simple gesto que todos y todas habríamos entendido para levantarnos, como la mayoría de curas hacen en los funerales.Más tarde, cuando acabó con su sermón, de repente se quedó en silencio y empezó a mirar a la familia, hasta que dijo lo siguiente: “¿qué pasa, no lo sabe o qué?”. Se supone que ese fue el modo más amable y empático que se le ocurrió al “discípulo de Dios” para dar entrada al discurso que después leí.Todas las anteriores veces, los curas hicieron una presentación corta de quién subía a hablar de nuestro ser querido, pero en este caso, el padre Dámaso pensó que así me dejaría en mal lugar, cuando su lamentable espectáculo fue comentado por la mayoría de asistentes después del funeral.Mi discurso tuvo como base el cariño y amor que sentía toda la familia por mi tía Tere, y la reciprocidad de ello, pero… Adivinen cuál fue el comentario del padre Dámaso: “el cariño y el recuerdo están bien, pero lo importante es la oración”. Esa sinvergonzonería fue la única que se le ocurrió para dejar claro que tampoco compartía lo que yo conté, cosa entendible porque no creo que él sepa el significado de dicha palabra.Pero ahí no quedó la cosa, porque una vez finalizado el funeral, no dejo que el violinista que habíamos contratado tocara hasta que él no salió de la iglesia, por lo que tuvo que esperar a que el susodicho se fuera para tocar una canción de 3 minutos que nos emocionó a todos y todas, lo que el “excelentísimo padre” Dámaso no consiguió anteriormente en 45 minutos.Me gustaría agregar que Josetxu, el cura de 94 años que ofició el funeral junto al Dámaso, fue muy educado y muy simpático con toda la familia, además de cercano. Estoy muy agradecido por sus palabras de ánimo y por sus historias después del funeral, mientras el padre Dámaso huyó de “su” iglesia sin mediar palabra con nadie de la familia.

Preciosa iglesia dedicada a María, bajo la advocación de Nuestra Señora del Carmen,

Una de las grandes desconocidas del patrimonio vitoriano. Iglesia construida en el año 1900 en el más puro estilo neoclásico tardío

Fantástico templo para rezar en recogimiento hermosos altares con imaginería de font. Nos sorprendió gratamente el magnífico nacimiento que este año han dejado permanentemente. Solicitamos en portería su puesta en marcha y disfrutamos del espectáculo del amanecer, anochecer, noche estrellada con luna llena y cometa en movimiento. Durante el ciclo de la noche aparece y desaparece misteriosamente un ángel. Aconsejo verlo.

Uno de los más bellos belenes que he visto. Tiene todo lujo de detalles y además tiene algo que lo hace más encantador y es que pasa el día y la noche por él.Muy recomendable para ir con niños.

He visto el Belén del que tienen tanta fama. Está muy bien, la iluminación es muy bonita; simula el paso del día a la noche estrellada, con un cometa pasando.Está currado, aunque la profundidad no está muy bien conseguida.Aún así merece la pena hacerle una visita y también la colección de belenes que tienen en las otra parte de la iglesia

Iglesia muy bonita y la acústica estupenda

La Iglesia del Carmen es un templo católico integrado en el Convento de los Padres Carmelitas Descalzos de Vitoria (Álava, España). Construido en estilo neoclásico moderno y consagrado en el año 1900, se sitúa en la calle Manuel Iradier de la capital alavesa.