Hotel Rural Dehesa De Don Pedro

Estuvimos 2 noches, ahora en septiembre, y cumplió su condición de remanso de paz para descansar y desconectar. Tuvimos la suerte de llegar cuando no había apenas huéspedes y pudimos disfrutar del silencio de los salones y de los paseos por los jardines y la dehesa, aunque no pudimos disfrutar de la piscina porque no hacía la temperatura adecuada. Con respecto al servicio, sólo en horas de restaurante, normal. La carta es variada, pero básica. Lo que más nos defraudó fue que, estando en la ruta del queso, del aceite de oliva y del jamón, en el desayuno no apareció ningún queso de oveja (y sí queso fresco loncheado) y bastante escaso en cuanto a la variedad de ibéricos, teniendo en cuenta dónde se encuentra, aunque debe ser que lo reservan para la cena, donde sí aparece en la carta la tabla de quesos y jamón ibérico (que sí cenamos y estaba de lujo). Por lo demás, como decía, remanso de paz. Es cierto que, mientras no hay servicio de comida, no hay personal, aunque siempre hay alguien a tiro de Whatsapp. Habitaciones muy cómodas y silenciosas que garantizan una muy alta calidad del sueño.

Un precioso cortijo situado en plena dehesa del sur de Extremadura.Un lugar idóneo para descansar, relajarse y desconectar. El ambiente que se respiraba era muy bueno, la piscina con vistas al mar de encinas, una maravilla.El servicio muy atento en todo momento y la habitación muy confortable.La comida muy buena, con platos originales.Es verdad que el área de aparcamiento debería tener una zona techada para que no le de el sol a los coches todo el día, creo que ese detalle es fácil de solucionar y supongo que lo tendrán en cuenta y se hará.Además de descansar hay sitios cercanos muy interesantes para visitar, como Llerena, la mina La Jayona, la ermita del Ara, Zafra, Calera de León, Fregenal de la Sierra, Segura de León...Volveré.

He estado dos días en la Dehesa, ha sido genial!! Instalaciones, gastronomía y trato excepcional!!A destacar vistas y piscina Infinity, salones para descansar, reflexionar, leer o simplemente estar.Recomendable 100%.Agradecer el trato a todo el personal, en especial a Sandra, Alicia y Ana.Felicitaciones a los cocineros!! Gran calidad y además mucho cuidado con intolerancias y enfermedad celíaca en mi caso ( avisa con antelación).Enhorabuena Cristina por este sueño hecho realidad!!

UNA VERDADERA LÁSTIMA.Un lugar precioso, construido con mucho dinero público que, desgraciadamente, no cumple con lo que podría ofrecer por tacañería. Por no contratar trabajadores en tierra de desempleados.Muy poco personal de servicio ( aunque muy amable) que se traduce en una piscina desatendida, un bar inexistente fuera de horas de comida o cena y una recepción con la que hay que comunicarse por teléfono.La construcción es muy bonita. Con más de 400.000€ aportados por los fondos de ayuda. El paraje, una maravilla…. Pero si quieres comer algo entre horas, estás perdido: Las habitaciones no tienen mini bar, el restaurante está cerrado, y el pueblo más próximo está a casi media hora en coche.En definitiva, si vas, llévate una nevera con bebida (el agua del grifo no es potable) y algo para comer porque es como un gulag.Y, si vas en verano, tendrás que dejar el coche al sol. No hay opción!

Hotel excepcional. Muy bonito y con unas vistas increíbles. Ideal para descansar.No le puedo dar 5 estrellas por algunas cosas que les faltan para que no haya ningún pero. Como, por ejemplo, un parking cubierto que proteja los vehículos del sol que les da durante todo el día, nevera en las habitaciones, más disponibilidad de hamacas en la piscina, etc…Sin embargo, han escuchado nuestras sugerencias y tomado nota para corregir estos pequeños fallos en el futuro.

He tardado en visitar Dehesa Don Pedro pero sabía que cuando disfrutara de este paraje volvería muchas más veces.Don Pedro y su familia han creado un hotel único y exclusivo en el sur de España. Uno tiene la sensación de estar invitado por unos amigos en su finca y que le ofrecen todo lo mejor.La piscina infinity oyendo a los pájaros, las cigarras y el silencio del campo observando las grandes montañas al fondo.La terraza del restaurante por la noche viendo la puesta de sol, con el aire de la sierra y la música de fondo de los grillos.La mejor gastronomía y bodega extremeña servida por empleados muy serviciales.El gran salón biblioteca para leer, escribir, descansar.Correr por los carriles a primera hora de la mañana, cuesta arriba, cuesta abajo, rodeado de encinas y alcornoques. Toda una finca para ti.Dehesa Don Pedro, un sueño que ya es realidad.

Una experiencia a la altura de lo que esperábamos.Nuestra experiencia ha sido increíble. El hotel es precioso, con un gusto realizada la reconstrucción exquisita, las vistas a la pura naturaleza te conecta y da la paz que todos necesitamos. Sus múltiples zonas comunes rodeadas de vegetación hacen que desconectes de todo. Hay tantas metros de finca que puedes recorrer senderos corriendo y respirando aire puro.El equipo está conformado en su mayoría por mujeres, mujeres fuertes y comprometidas con el proyecto en el que están embarcadas.Solo tengo palabras de agradecimiento para ellas, desde Julia, su conocimiento es infinito; la manera de tratar a cada uno de los huéspedes, lo detallista y pendiente que está de todo su equipo y de los huéspedes es abrumadora; hasta Ana María y Sandra, siempre correctas y simpáticas con nosotros haciendo su trabajo impecablemente.En sala no podemos dejar de nombrar a María José, recién había comenzado en el equipo y nos detalló con total seguridad las mejores opciones de la carta y su maridaje correspondiente.Los productos que ofertan tienen una calidad altísima, desde sus ibéricos, carnes y vinos hasta el propio pan siendo del mejor Horno de Extremadura.Vamos a volver lo tenemos clarísimo y por supuesto estamos recomendado a todos que os conozcan. Enhorabuena a todas.

Lugar perfecto para descansar. Es un hotel rural con mucho encanto. Y encima tuvimos mucha suerte. Coincidio nuestra estancia después de un gran evento y estábamos solos en el hotel. Dar las gracias a Antonio, Julia, Ana y sobre todo a Fátima con la que tuvimos más trato, la que nos aconsejo en todo momento como vivir esta experiencia al máximo. La cena fantastica destacando el jamón 100% bellota. Bodega no muy grande pero con una pequeña representación de buenos vinos del país. Mencionar también el cómodo e inmenso colchón, que unido a los sonidos de la dehesa hace que el descanso alcance otro nivel. Despertarse escuchando la multitud de pájaros, las abejas atiborrandose en las lavandas...y asomarse al exterior y contemplar toda la belleza de la dehesa en primavera, es lo que nos hace pensar que este sitio está aquí para que repitamos. Volveremos sin duda. Por poner algo negativo, el jacuzzi que estaba fuera de servicio.

Brutal nuestra experiencia.Lugar idóneo para desconectarNosotros hemos estado 2 días ahora en verano y hemos disfrutado mucho de su tranquilidad.Brutal la zona de la piscina, las zonas comunes y sobre todo el lugar tan paradisíaco en el que se encuentra.Con ganas de volver pero ahora para disfrutar de sus salones y chimeneas.El personal atentísimo y una gastronomía exquisita ( la materia prima de la zona es lo más )Muchas Gracias a Alícia, julia, Cristina y al equipo de cocina por la atención de estos días.Amenazamos con volver

Un lugar mágico en cera de Monesterio para disfrutar de la paz y la tranquilidad de la sierra.Mi pareja y yo hemos pasado tres días y dos noches en esta antigua hacienda del siglo XIX, totalmente resutaurada y acondicionada con elementos originales. La calidad de las instalaciones, el mimo y la delicadeza del conjunto es digna de alabar. Todas y cada una de las habitaciones y estancias están decoradas con un gusto exquisito y las hace acogedoras tanto para la temporada de verano como de invierno. La piscina infinita es un espacio de desconexión máxima.Y lo más importante, el trato del personal ha sido magnífico, ni un solo pero.Alicia y Fátima, las cuales nos atendieron en el restaurante, dos encantos. Cristina, la gerente y Julia en recepción, muy amables y cercanas con todos los huéspedes. Y el grupo de cocina, de 10, chapó.Ojalá podamos disfrutar de este entorno mil y una veces más. Recomendadísimo.