La Posada de Carmen

Hicimos la reserva para un puente con 6 semanas de antelación: 3 habitaciones dobles. Al llegar, nos encontramos con que el hotel estaba cerrado y nos ubicaban en una casa rural, SIN INFORMARNOS. Resultó ser una casa del pueblo, en la que sólo una habitación tenía baño dentro, las otras debíamos compartirlo fuera. Evidentemente, no era lo contratado. Tras mostrar nuestro descontento, Carmen intentó no perder las reservas y convencernos dándonos una habitación en el hotel, y dos en una casa, reconociéndonos que ella hañabía reubicado en la casa a su libre criterio, alquilando las habitaciones que teníamos ya reservadas porque venían para más tiempo, EL HOTEL ESTABA COMPLETO.En ningún momento pidió disculpas, sino todo lo contrario, se llenaba de razones egoístas para justificar su avaricia en no perder clientes, estafándonos a todos con fotos de habitaciones y reservas de las que no disponía. Tuvimos que pasar la tarde buscando hotel para 6 personas en un puente. Una experiencia muy desagradable, una lástima.

La Posada en sí bien.Abitaciones con cuarto de baño limpio.Pero la Señora que nos atendió que parecía ser la dueña muy mal.Y sobretodo con dos personas de Marruecos con nacionalidad española.Y nos cobra noche con desayunos Para seis personas. Pero como nos teníamos que ir antes de las 08:00 hora nos dejó sin desayunar y sabiendo qué en el pueblo estaba todo cerrado. No se molestó ni en dejarnos una cafetera para que nosotros mismos nos pusiéramos un café.

Nos hemos alojados una noche, la habitación muy bien colchones y almohada muy buenas. El desayuno muy completo, imposible quedarse con hambre. Carmen la propietaria es encantadora y té informa de todo lo que se puede ver en los pueblos cercanos, si alguna vez volvemos por la zona sin duda repetiremos

Me encantó, no le falta ni un detalle, limpieza de 10, atención exquisita, el desayuno espectacular,el descanso estupendo. Volveré seguro.

Habitación amplia, buena cama, baño completo con dispensadores de gel, jabón y champú... Buena aclimatación pues fuera hace frío del bueno... El pueblo, Chañe, apenas nada destacable (menos aún rodeado de niebla como estos días) pero a tiro de piedra de Coca, Cuellar, Íscar, Olmedo, Peñafiel...Buen desayuno, completo... Salitas de lectura y descanso en la casa. Una muy buena experiencia. A repetir en otro tiempo que permita mayores recorridos.

Nuestra experiencia en este alojamiento ha sido PÉSIMA. En mi vida jamás habría imaginado que una persona de esta calaña pudiera regentar un establecimiento que es, eminentemente, de trato con y para los clientes. A nuestra llegada a la posada, la propietaria, Carmen, prácticamente no nos saludó y de malas maneras, deprisa y corriendo, nos hizo la entrada. Para nuestra sorpresa, la habitación que nos asignó, la 5 en la planta alta, era muy pequeña, no tenía nada que ver con las fotos de la web. Le preguntamos si tenía otra disponible y ella, resoplando y de malas maneras, como si nos estuviera haciendo un gran favor, nos dejó la llave de la habitación n. 4. La vimos y decidimos quedárnosla, a pesar de tener un fuerte olor a sumidero, pero ni nos atrevimos a comentárselo. Por la tarde, mi marido fue a preguntarle por la clave del wifi y la respuesta fue, en tono cortante y levantándole la voz: “¡¡está apuntada en un papel en la habitación!!”. Se la dio entonces de malas maneras, SIEMPRE dando a entender que al cliente le está haciendo un gran favor.Por la noche, apenas pudimos dormir debido a los ruidos de las cañerías, de las duchas de al lado, las conversaciones de las otras habitaciones, las pisadas… Se escuchaba TODO. Incluso un tractor que aparca justo frente a la posada y que, de madrugada, sobre las 4am, lo pune en marcha para irse a trabajar, produciendo un estruendo insoportable.Pedimos una almohada extra y su respuesta fue que no podía quitarle la almohada a otra habitación para dárnosla a nosotros, SURREALISTA, aunque finalmente nos dio una.Al día siguiente, que fue el día de ayer por la mañana, cuando bajamos a desayunar, vimos que en el comedor ya había una pareja desayunando y viendo la TV. Nos sentamos y al poco apareció Carmen y, de forma absolutamente maleducada, se acerca a la mesa de estos señores, coge el mando de la TV, y les dice : “aquí no se ve la Tele”, apagándola sin más. Yo me quedé flipando, igual que mi marido y que los señores que la estaban viendo, y le pregunté a la susodicha: “¿no se puede ver la Tele?”, a lo que contestó en voz alta y tajante: “¡NO!”. En ese momento, mi marido y yo decidimos dejar la Posada, a pesar de que aún teníamos una noche más de alojamiento pagada. Cuando le pedimos la devolución del importe de esa noche, que era la tercera, su respuesta fue, como era de esperar, un NO rotundo. Cometimos el error de ir de forma particular y de pagar las 3 noches a nuestra llegada, pues, al ver las maneras de esta mujer, del todo irrespetuosas, nos quisimos ir de allí de inmediato, pero acabábamos de pagar…Esta mujer está haciendo mucho daño al turismo de la zona, puesto que es el único alojamiento en Chañe.ABSOLUTAMENTE NADA RECOMENDABLE.

Me ha parecido una posada restaurada pero muy rústica por su mobiliario. Acceso difícil por escaleras. No hay ascensor. La habitación era un ático pequeño no muy cómodo para gente alta. El servicio de restaurante no hay aunque en la entrada así lo diga. No hay problema para aparcar. El precio me ha parecido elevado para lo que ofrecen. (77€)noche

Estuvimos toda la familia, trato amable, es muy recomendable

Le pondría 3,5 estrellas.El desayuno lo más destacado. Todo casero. Cantidad perfecta. En un buffet no comes ni la mitad de lo que ponen y la calidad deja a veces mucho que desear. Aqui lo que te ponen es casero y rico: café con leche, pan tostado con mantequilla, zumo de naranja natural, magdalenas y bizcocho de naranja (muy rico!!) y algo de jamón york. Habitaciones silenciosas (aunque paredes finas, se oían los ronquidos del vecino aunque afortunadamente no fueron lo suficientemente fuertes).Como puntos a mejorar: La wifi funcionaba muy mal, muy lenta. No había cobertura, asi que no podías utilizar tus datos para navegar. La almohada me pareció alta y no eran individuales. El colchón me pareció duro, aunque es una opinión muy personal. Otro huésped en el desayuno comentaba lo bien que había dormido en el colchón. En la habitación hacía calor y un letrero ponía en el cuadro de mandos que por favor no lo tocásemos. Asi que pasamos calor y yo personalmente no dormí muy bien. El desayuno al menos suavizó todos estos inconvenientes.

Un rincón muy tranquilo, a quince minutos de Cuéllar, en el que descansar y reponer fuerzas. Como estar en casa de la abuela.