El Geco Verde

Hemos pasado el fin de año en esta maravillosa casa toda la familia(15 personas) y lo hemos pasado muy bien. La casa es perfecta, tal y como aparece en su página web. Todo han sido facilidades por parte de los dueños(muy agradables y amables). Si tienes algún problema, háblalo con ellos, que te lo resolveran perfectamente.La casa estaba muy limpia. Siempre teníamos leña para la chimenea.Lugar perfecto para desconectar de la ciudad.Recomendamos su visita.

Un lugar precioso, perfecto decorado, dueña amabilisima y atenta. Perfecto para descansar, lugar limpio y cuidado, acepta mascotas y tiene pocas habitaciones con lo que es muy íntimo. Muy recomendable, para repetir.

Hemos ido 2 adultos y 2 niños a pasar unos días de vacaciones. El sitio es espectacular,unas vistas y una tranquilidad únicas. Las habitaciones muy espaciosas y muy limpia. En la habitación no teníamos tele,pero la dueña nos trajo una a la habitación. Los dueños más que como huéspedes ,te tratan como invitados, súper amables y pendientes de todo. La pega es el camino de llegada,un carril de 4km.de tierra,piedras y baches,quizás la casa esta demasiada alejada de todo, lo piensas cada vez que tienes que entrar o salir. Si quieres cenar allí el menú cuesta 15€ por persona y el postre te lo cobran aparte,o sea que te sale la cena por casi 20€ por cabeza. Aunque es cierto,que a mis niños no les gustaba lo que había y le pedí que si podían hacerle unos macarrones y no pusieron pegas ningunas. El entorno precioso,entre las Sierras de Castril y la Sierra de Cazorla. Si quieres desconectar de todo y tranquilidad absoluta, es el sitio idóneo.

Sitio perfecto para desconectar. Apartado de todo, entre Pozo Alcon y Castril, es un hotel autosuficiente con una dueña encantadora y excelente cocinera.Atardeceres y amaneceres para enmarcar. Si te toca noche sin luna se ve la vía láctea. Habitaciones cuidadas. Volveríamos sin dudar

Acceso muy angosto y demasiado aislado hasta para ser rural. 4 km sin asfaltar campo a través, cruzando cortijos desde una pedanía de Castril que se llama Campo Cebas, unos 30 min desde Castril.en carretera de curvas, peligrosa en invierno. Ideal para quienes quieran AISLARSE en un campo de encinas y olivos, pero sin servicios o bares cercanos al hotel. La atención de Ilaria y su marido insuperables, gran cariño y detalle, una cocinera excelente... pero el lugar falla a falta de cosas tan elementales como TV en el dormitorio, controlar uno mismo la calefacción o falta de presión de agua caliente después de todo un día de turismo. Al llegar tienes que ceder a una cena de 15€ por persona puesto que da mucha pereza volver a desandar el camino a falta de iluminación y dificultad. Las latas a 1.50€ en el caso de selfservice. En mi opinión con esos detalles no está compensado el precio con lo que se ofrece. Eso sí, es una experiencia diferente y un lugar con mucho encanto para quien busque este paisaje lunar del altiplano.

El camino de llegada es algo complicado, la carretera es bastante sinuosa y es fácil marearse, pero una vez llegas , lo das todo por bien empleado . La casa está súper bonita puesta , las habitaciones muy cómodas y cada una distinta. Ilaria nos ha atendido en todo momento a nuestras consultas y dudas y nos ha facilitado cualquier cosa que pudiera hacer falta. Tiene barbacoa exterior y tan bien un horno de leña en el interior perfecto para si no quiere estar al aire fresco. La cocina está muy bien equipada con todo tipo de menaje . Nosotros cogimos la casa completa para 24 personas y estuvimos genial . Tiene 8 habitaciones muy espaciosas con distintas capacidades y cada una con si baño independiente. Las vistas desde la casa tan bien son preciosas , se veía sierra nevada incluso . Miy recomendable para ir con amigos o grupos familiares grandes y queréis estar independientes, ya que no hay nada alrededor. Eso sí, el pueblo queda algo lejos , así que te recomiendo llevar mo que necesites de comida, etc de casa , no tienes nada cerca donde comprar.

Una ubicación inmejorable, las vistas panorámicas de la campiña desde este hotel mirador son memorables, el ambiente arquitectónico y humano es original y acogedor, muy recomendable, volveremos

Hemos estado dos noches. La estancia ha sido muy buena, habitación y baño amplio y limpio. Desayunamos y cenamos allí, todo riquísimo y casero. Lugar perfecto para desconectar, ya que está alejado de Castril, en medio de la nada. Por poner alguna pega, la calefacción no se podía encender en la habitación, ya que es centralizada y la encienden en invierno. Ibamos con un niño y hubiera estado bien; pero en el salón había dos chimeneas y una vez en la cama tampoco pasamos frío.

Todas las facilidades para llegar. Asistencia del establecimiento completa, amable y una atención espléndida. Un lugar donde descansar y punto de partida de todas las rutas de senderos de la zona. Las habitaciones amplias, cómodas y limpias. El camino por tierra es de sólo unos 4 km, buen señalizado. recomendable un coche no demasiado bajo.

Los dueños encantadores, la ubicación del hotel increíble, tranquilidad y en un precioso entorno natural. El acceso es algo dificultoso, pero es lo que lo hace más encantador. Cena bastante correcta.Deseando volver