Bar-Cafetería San Zoilo

Después de mucho buscar dónde comer en ruta, nos decantamos por este lugar. Supimos que la habíamos clavado desde el momento en el que entramos. El recinto era precioso, muy verde y tranquilísimo. ¡Vaya paz se respiraba! Teníamos dos opciones; o el restaurante o el bar y preferimos lo segundo porque queríamos algo rápido. Acertamos. Había todo tipo de platos en carta; morcilla, pizzas, pinchos de tortilla, hamburguesas… Pedimos una pizza, dos hamburguesas, una ensalada y una ración de morcilla y nos sacaron todo en quince minutos. Nos sorprendió lo bueno que estaba todo y también los precios: la comida, 2 cafés y 1 agua grande, 47 euros ( éramos 4 personas). Desde luego que volveremos, porque el lugar es encantador y nos sentimos muy acogidos en todo momento.